La Iglesia católica de Venezuela exhortó a los militares a no dejarse llevar por "ideologías" y hacer cumplir la ley, al denunciar que el país enfrenta una "gran tribulación" cuyo culpable es el gobierno.
"Exhortamos a la Fuerza Armada a que se mantenga fiel a su juramento (...) de defender la Constitución y la democracia, y a que no se deje llevar por una parcialidad política e ideológica", señalaron los obispos tras una asamblea ordinaria clausurada el miércoles.
Con amplio poder político y económico en el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la Fuerza Armada es considerada por especialistas como el principal sostén del mandatario, confrontado a un fuerte rechazo popular, según encuestas.
El oficialismo y los altos mandos militares suelen reivindicar el carácter "bolivariano, antiimperialista, socialista y chavista" de la institución.
En un comunicado que recoge las conclusiones de su encuentro de cinco días, los prelados equipararon la crisis política y socioeconómica con una "gran tribulación" e insistieron en considerar "ilegítima" la reelección de Maduro el pasado 20 de mayo.
"Vivimos un régimen de facto, sin respeto a las garantías previstas en la Constitución y a los más altos principios de dignidad", subrayó el texto, que agrega que la alta abstención en los comicios fue el rechazo a quienes "pretenden imponer una ideología de corte totalitario".
La jerarquía eclesiástica también acusó al gobierno de ser "el principal responsable de la crisis", que mezcla escasez de todo tipo de bienes básicos, hiperinflación e inseguridad, lo cual ha empujado a cientos de miles a emigrar en los últimos años.
A su juicio, el argumento oficial de que la debacle obedece a una "guerra económica" de la oposición y Estados Unidos representa una "confesión de la propia incapacidad para manejar el país".
Los obispos animaron igualmente a los partidos políticos y a los ciudadanos a hacer uso de la protesta para lograr la "restitución del poder soberano al pueblo", aclarando que no pretenden ser un "factor de oposición" al gobierno.
Maduro acusa a la Iglesia católica venezolana de abandonar su misión pastoral para convertirse en un adversario político más, y ha llegado a llamar "diablos con sotana" a algunos de sus líderes.